La flauta mágica, Ópera de W. A. Mozart

Mucho se ha escrito sobre La flauta mágica, la última ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, y su conexión con los ideales masónicos. Compuesta en una época en la que la francmasonería era objeto de sospechas, La flauta mágica nos muestra el lado más insolente de Mozart. En lugar de defender el poder del bien sobre el mal, el mensaje central de la ópera parece ser que siempre deberíamos evitar hacer suposiciones.
Por una parte, la historia que presenta es un cuento de hadas clásico en el que un príncipe rescata a una damisela en apuros. Pero lo maravilloso del argumento de La flauta mágica son sus sutiles diferencias respecto a las narraciones tradicionales. Al principio, es el príncipe, Tamino, quien debe ser socorrido, de una serpiente rabiosa. La Reina de la Noche, cuyos ayudantes han salvado a Tamino de una muerte segura, ofrece a éste la mano de su hija Pamina si consigue liberarla del supuestamente maléfico sacerdote Sarastro.
Acompañado por el cazador de pájaros, Papageno, y contando también con la ayuda de una flauta mágica para ahuyentar los peligros, Tamino entra en el templo de Sarastro. Pamina está siendo atormentada por Monostatos, el hombre que supervisa todos los asuntos en el dominio del sacerdote. Cuando Sarastro dice a Monostatos que deje a Pamina tranquila, tanto el público como los demás personajes de la obra comienzan a ver al sacerdote con otros ojos.
Sarastro hace la misma oferta que la Reina a Tamino, pero el joven debe demostrar primero que es digno de la princesa completando con éxito una serie de pruebas contra los elementos. En cuanto a Pamina, ésta debe enfrentarse a una prueba aún mayor cuando su madre, la Reina de la Noche, se presenta ante ella con una daga, instándole para que mate al sacerdote. Mientras tanto, Papageno debe creer que la anciana con la que se encuentra es, en realidad, la hermosa Papagena, su única oportunidad de encontrar el amor.
La flauta mágica fue estrenada el 30 de septiembre de 1791 en el desde hace tiempo desaparecido Theater auf der Wieden de Viena. Podemos imaginar hasta qué punto se divirtió Mozart con esta primera representación. Su libretista, y empresario del teatro, Emanuel Schikaneder, interpretó el papel de Papageno, mientras que Mozart dirigió la orquesta. La obra, un singspiel donde canción y diálogo hablado trabajan en tándem para crear un entretenimiento concebido para atraer a la mayor audiencia posible, es considerada por algunos como una de las grandes creaciones del canon clásico.
El público que acuda al Teatro Costanzi esta temporada para asistir a La flauta mágica, con su célebre aria Der Hölle Rache (La venganza del infierno) de la Reina de la Noche, se encontrará con un Mozart bajo su faceta más imperiosa: travieso, provocador y disfrutando de la alegría pura de crear excelente música.