Onegin, Ballet de John Cranko
Una producción del ballet Onegin de John Cranko con música de Piotr Ilich Chaikovski, que da vida a esta cautivadora historia, hará las delicias del público del espléndido Teatro Costanzi de Roma. Fue en la década de 1950 cuando Cranko concibió la idea de un ballet basado en Eugenio Oneguin, la célebre novela de Alexander Pushkin publicada por primera vez, en formato de folletín, a partir de 1825. El bailarín y coreógrafo sudafricano propuso su concepto al Royal Ballet de Londres después de haber participado en una producción de la versión operística de la historia de Chaikovski, también titulada Eugenio Oneguin. Tras ser rechazado, presentó su proyecto al Ballet de Stuttgart (Alemania), lo que le llevaría a un estreno mundial el 13 de abril de 1965 en el Staatstheater de Stuttgart.
Si bien la música de la versión de Onegin de Cranko es inmediatamente reconocible por cualquiera que esté familiarizado con la obra de Chaikovski, su partitura es muy diferente de la famosa ópera del compositor. La música del ballet fue arreglada por Kurt-Heinz Stolze, un compositor alemán nacido en 1926. Éste ya había colaborado anteriormente con Cranko en un ballet titulado L'Estro Armonico, inspirado en obras de Antonio Vivaldi. Para la coreografía del Onegin de Cranko, Stolze decidió ignorar toda la partitura de la ópera Eugenio Oneguin y, en su lugar, recurrió a piezas para piano solo de Chaikovski, incluidas algunas de sus obras menos conocidas, como Las estaciones, Op 37a. Stolze tomó varios temas de otras óperas y orquestaciones sinfónicas de Chaikovski y los arregló para dar al ballet un aire totalmente nuevo, aunque familiar, en el momento de su estreno. Cranko revisó el ballet varias veces hasta 1967, año en que se terminó la versión que suele representarse hoy en día.
La historia del ballet es muy parecida a la de la novela que Pushkin escribió en versos poéticos. El personaje titular, Eugenio Onegin, es un hombre orgulloso e impulsivo, rasgos característicos que le han privado del amor verdadero de Tatiana. Tras varios años, Onegin intenta recuperar el afecto de la joven, que antes había rechazado. Pero descubre que es demasiado tarde para cambiar los acontecimientos del pasado y la situación empeora a medida que su temperamento le lleva de un fracaso personal a otro. En este contexto, la coreografía de Cranko perpetúa la rica tradición del Romanticismo ruso, exigiendo a los intérpretes un esfuerzo emocional que les obliga a combinar la pasión con la habilidad técnica.
Esta producción de Onegin en el Teatro dell’Opera di Roma, la magnífica casa de ópera de la capital italiana, entusiasmará a los aficionados al ballet con una prodigiosa interpretación de la maestría musical de Chaikovski.